Cada vez que se ducha, usted está empleando una media de 50 litros de agua. Al cabo del día, suele consumir 150.
El innovador sistema evita el despilfarro de agua que se produce mientras alguien se desviste y espera a que el agua se caliente para empezar a ducharse. Sólo en ese proceso se suelen consumir 12 litros de agua. El proyecto permite almacenar esa cantidad en una reserva que luego se aprovecha en la misma ducha, y evita la necesidad de que se tenga que vertir al desagüe con las aguas fecales como único destino. Al calentarse el agua se reduce la presión y el caudal, de modo que se precisan menos litros para la misma cantidad.
La herramienta supone un importante ahorro energético: reduce el tiempo de encendido del calentador y evita los problemas que se generan cada vez que, mientras alguien se ducha, otra persona en la misma casa activa otro grifo del sistema. Cuando eso ocurre, ni se reduce la presión ni se enfría el agua en las otras estancias.
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