Bajo las capas de hielo de la Antártica yace una multitud de lagos «fantasma» cuyas aguas en estado líquido guardan secretos de hace millones de años. Ahora, un equipo científico acaba de revelar algunos de esos secretos, al examinar muestras de la superficie del Lago Vostok, situado a 4 km de profundidad bajo el hielo y a 200 metros bajo el nivel del mar
El Lago Vostok, identificado en 1956, es el más grande de los más de 350 cuerpos de agua subglacial existentes en la Antártica /BBC.
Los investigadores analizaron el material genético presente en muestras de hielo extraído de cerca de la superficie de ese lago, e identificaron organismos y «marcas» de organismos que podrían indicar la presencia de animales relativamente complejos.
Encontraron, por ejemplo, bacterias que con frecuencia están asociadas a moluscos, crustáceos o incluso peces marinos.
¿Pero de dónde vienen esos organismos?
Los expertos no descartan que esos restos de material genético puedan proceder de las aguas del océano, como si fueran una especie de contaminación milenaria.
Así lo describen en su estudio, que acaba de ser publicado en la revista especializada PLoS One.
Red de aguas bajo el hielo
El Lago Vostok está situado a 4km de profundidad bajo el hielo.
Si bien los investigadores creen que el Lago Vostok no está en contacto con la atmósfera desde hace muchos millones de años, la comunidad científica sabe que bajo las capas de hielo de la Antártica existe una compleja y dinámica red hidráulica.
El Lago Vostok, identificado por primera vez en 1956 por científicos rusos, es el más grande de un conjunto de unos 375 cuerpos de agua subglacial, que ya han sido registrados en un mapa por los expertos.
El Lago Vostok está situado a 4km de profundidad bajo el hielo /BBC.
Este lago tiene en algunos puntos una profundidad de 800 m y abarca unos 15.000 km² (el Lago Titicaca, entre Bolivia y Perú, tiene unos 8.500 km²).
El agua se mantiene en estado líquido gracias al calor geotérmico ascendente del lecho de roca y la presión ejercida por el «tejado» de hielo.
Algunos de los lagos están conectados e intercambian agua.
Otros pueden estar totalmente aislados, y el agua podría haberse estancado en esos lugares hace miles o millones de años, lo que significa que probablemente alberguen microorganismos desconocidos para la ciencia moderna.
De ahí el gran interés que despiertan para los científicos.
Este es un estracto del artículo «Los lagos fantasma de la Antártica»(ver completo) de BBC Mundo.
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