La escasez de agua apunta como uno de los mayores desafíos de China

El nuevo dirigente chino deberá afrontar la contaminación y la falta de recursos hídricos, fruto del rápido desarrollo del país asiático

 

Los expertos dicen que la contaminación es una seria amenaza para los suministros de agua en China, de por sí limitados (Getty Images).

Cuando el nuevo líder de China, Xi Jinping, se dirigió a los medios la semana pasada, una de las cosas que dijo me llamó especialmente la atención: los chinos aman la vida, dijo, y desean una mejor educación, trabajos más estables, mejores servicios de salud; en suma, “condiciones de vida más cómodas y un ambiente más bello”. Esta, dijo, es la meta que China debe alcanzar, una meta que seguramente comparten muchos chinos.


Sin embargo, China debe hacer lo imposible para lograrlo: crecer rápido mientras combate el deterioro de su medio ambiente y ecología, especialmente su aire y su agua.

Recientemente discutí este tema con un grupo de expertos en un foro de la revista Fortune que se llevó a cabo en Beijing. Los panelistas coincidieron en que la crisis del agua de China es inquietante. Las Naciones Unidas señalan que China es uno de los 13 países que enfrenta la escasez severa de agua. El problema tiene una parte demográfica: el país alberga al 20% de la población mundial, pero solo cuenta con el 6% de los recursos hídricos del mundo; además, el problema se agrava gracias al desarrollo rápido y falto de visión.

El firme crecimiento económico ha transformado el país en la segunda mayor economía del mundo, aunque sea a costa del medio ambiente. Los expertos señalan que el río Yangtsé, que alguna vez fue vital para China, hoy tiene el premonitorio color de la sangre, posiblemente debido a los desechos industriales.

Las regiones agrícolas como la provincia de Shandong, donde se produce la mayor parte de los granos de China, sufren la plaga de la sequía crónica.


Para Guo Peiyuan, gerente general de SynTao, una consultora en sostenibilidad corporativa de Beijing, el problema es cercano y personal. “Nací en el seno de una familia campesina del sur de China, donde había muchos ríos”, recuerda. “Cuando era niño podíamos nadar en el río. Sin embargo, mientras crecía, en la década de 1990, llegaron muchas fábricas. Fui a mi ciudad natal para pasar unas vacaciones de verano, y mi madre me dijo que los agricultores locales no usaban el agua para regar sus plantíos porque el agua estaba contaminada y los vegetales morirían”.

Las historias como la de Guo son cotidianas. La población protesta por temor a que la contaminación industrial llegue a sus comunidades. En octubre, por ejemplo, miles de habitantes de Ningbo, una próspera ciudad costera, organizaron una protesta y obligaron a los funcionarios oficiales a cancelar los planes de expansión de una planta química.

Tales éxitos no son comunes, y los expertos están preocupados por que la crisis del agua se agrave en unos años. De acuerdo con los expertos, la demanda de agua de China llegará a los 818,000 millones de metros cúbicos, pero solo se cuenta con 616,000 millones de metros cúbicos.

En Beijing se cuenta con cerca de 100 metros cúbicos de agua por persona, muy por debajo del límite inferior de 1,000 metros cúbicos por persona que la ONU toma como indicador de la escasez crónica de agua.

Debra Tan, especialista en China Water Risk, un grupo sin fines de lucro de Hong Kong, propuso una forma de ver la crisis. Imaginen, dijo, que China cuenta con 25 bañeras con agua por persona. Estados Unidos tendrá el equivalente a 125 bañeras. El agua contaminada es tan costosa como mortífera.

En China, actualmente hay cerca de 300 millones de personas que no tienen acceso al agua potable, lo que resulta en más de 66,000 muertes al año, según el Banco Mundial, que calcula que la contaminación del agua cuesta a China 22,000 millones de dólares, casi el 1.1% del PIB del país.

El gobierno chino reconoce el problema y está tratando de reducir el consumo de agua en un 30%. Sin embargo, los expertos dicen que es una meta difícil de alcanzar.

“Hay una mayor demanda gracias a la explosión demográfica, gracias a la distribución de la población. Se espera que la demanda de espacios para la agricultura en el norte de China crezca en un 10%. Este incremento forzará aún más los sistemas de abastecimiento de agua”, dijo Matthew Durnin, director de los programas científicos en Asia de The Nature Conservancy.

El consumo voraz del agua en China en parte es alentado por una situación incoherente: el agua es barata, a pesar de ser escasa. “En China, el agua debería ser entre tres y cinco veces más cara”, dijo Tan de China Water Risk.

Una manera de reducir el consumo, dijo, sería aumentar constantemente los precios del agua, una medida que China ha tomado desde 2009. Tan cree que la solución yace en enfocarse en la industria y la agricultura, que son los “mayores consumidores y contaminadores”, ya que usan cerca del 85% del agua de China, dijo, y debería de aplicárseles mayores desincentivos y castigos más severos.

Ma Jun, quien dirige el Instituto de Asuntos Públicos y Ambientales en Beijing, busca controlar la contaminación, en especial de los recursos hídricos, al exponer a los infractores sobresalientes. Ma, uno de los más tenaces “guerreros verdes” de China, ha logrado avances, pero dice que es casi imposible llevar a cabo un litigio ambiental ya que la aplicación de las leyes ambientales es débil.

“Necesitamos que se nos unan más personas interesadas para presionar públicamente, poner a estas empresas en una lista de contaminadores, por ejemplo”, dijo. Agregó que la presión, la vergüenza y el deseo de enmendar los errores están cambiando el comportamiento. “Hasta ahora tenemos a 720 empresas en nuestra lista que han venido a nuestras ONG para enterarse de sus errores y conocer la forma en la que pueden resolver sus problemas”.

De acuerdo con los expertos, los consumidores chinos también tienen que cambiar sus hábitos de consumo, al igual que los consumidores de los países desarrollados.

“Estados Unidos no puede seguir siendo Estados Unidos”, explicó Durning de The Nature Conservancy. “El resto del mundo no puede ser como el mundo desarrollado. No podemos insistir en que queremos que todos vivamos bajo el mismo estándar, porque es un estándar insostenible”.

Durnin propuso a China y otros países una medida simple: reparar las fugas en las tuberías. “Hay mucho desperdicio en las zonas urbanas, en la transferencia de agua a través de las tuberías. Literalmente hay cientos de millones de kilómetros de tuberías alrededor del mundo que tienen fugas y se desperdicia el agua. Hay algunas reparaciones sencillas que podríamos hacer de inmediato”.

Rebecca Chao, de CNN, colaboró con este reportaje.

Fuente: Planeta CNN