El escaso agua de los 18 embalses del Duero cabría en el pantano de Riaño

Acumulan 623 hectómetros cúbicos de los 2.877 posibles, lo que los deja al 21,7 por ciento de su capacidad

Las previsiones más pesimistas se han cumplido, y el año hidrológico ha cerrado página con uno de los peores registros que guardar en su particular almanaque de los últimos años. La pertinaz sequía que arrastra la cuenca del Duero ya desde el verano de 2016 no ha hecho más que agudizar la situación de unos embalses que piden agua a gritos. De media, los 18 que gestiona la Confederación Hidrográfica (CHD) estaban al 21,7 por ciento de su capacidad al cerrar el pasado día 30 el periodo 2016-2017, y en los últimos días las caídas siguen restando líquido.

Con tan sólo 623,6 hectómetros cúbicos almacenados en los vasos de los 2.877,5 de capacidad han arrancado el nuevo periodo, a la espera de que las ansiadas precipitaciones comiencen a aplacar su sed. Pero, por el momento, las previsiones no son nada optimistas, pues no es hasta noviembre cuando, según las cálculos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) se esperan las añoradas y necesarias lluvias.

La cantidad que tienen es tan exigua que el agua de todos ellos cabría, y de sobra, en el leonés de Riaño, el más grande de los que posee la CHD en la Comunidad, con capacidad para 651 hectómetros cúbicos. Tan bajo es el nivel, que incluso con lo que ahora tiene Riaño tendría posibilidad de asumir la del resto de sus hermanos. Y es que está al 14,2 por ciento de sus límites, con tan sólo 92,4 hectómetros cúbicos de líquido guardados. Hacía años que este pantano leonés no bajaba a un nivel tan bajo. Hay que remontarse al año 2002 -también marcado por la fuerte sequía- para encontrar un registro inferior. Junto con este 2017, es la única vez que ha estado por debajo de los cien hectómetros cúbicos guardados.

Leer artículo completo ABC