El Amadorio vuelve a verter agua al mar y provoca las quejas de Consorcio y regantes

embalse de Amadorio

Panorámica del embalse de Amadorio, en La Vila Joiosa / DAVID REVENGA

Ambas entidades alertan de que se han abierto las compuertas para dejar salir los «caudales ecológicos» que marca la ley aunque el pantano está al 40% de capacidad

Vuelven a solicitar cambios en la norma que marca cuándo tirar agua limpia.

Hace dos días, el agua salía por la presa del pantano del Amadorio, en La Vila Joiosa, a pesar de que el embalse está al 40% de su capacidad. Este desembalse volvió a hacer saltar las alarmas en el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa y en la Comunidad de Regantes de La Vila, al estar vertiéndose todo ese caudal al mar.

La apertura de compuertas por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) viene motivada, según han explicado desde las dos entidades aludidas, a que se está cumpliendo lo que recoge la norma del Plan Hidrológico Nacional (PHN) sobre los caudales ecológicos que deben tener los ríos. La llegada de una avenida de agua al pantano, que podría deberse a las lluvias y nieves de las últimas semanas, ha hecho que se hayan abierto las compuertas para verter ese agua «limpia» al mar, sin que haya ninguna opción de guardarla.

El embalse del Amadorio, como el de Guadalest, son pantanos que no se alimentan de la cuenca sino de las aguas que les llegan de forma «artificial», por lo que «no tiene sentido que abran» las compuertas, según argumentó el ingeniero Jefe de Explotación del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa, Jaime Berenguer.

El experto explicó a este diario que el organismo del que forma parte lleva «tres años» luchando para intentar cambiar esa norma y que no se pierda el agua en casos como el de estos días: «el Consorcio, las comunidades de regantes y los usuarios nos oponemos porque va en detrimento de los derechos de todos».

Pero además indicó que el Consorcio siempre se ha opuesto a estos caudales ecológicos ya que el río Amadorio, como también pasa con el Guadalest, «son ríos rambla», una característica de los ríos del Mediterráneo que hace que sean diferentes por las fuertes avenidas de agua cuando llueve mucho pero que en época estival se acaban secando.

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