La política hídrica que plantean en sus programas los principales partidos políticos que presentan candidatura en las próximas elecciones autonómicas les retrata de forma muy diferente y deja a las claras su posicionamiento.
La palabra clave –trasvases– porque puede resultar decisiva para el futuro de miles de agricultores en la Comunidad Valenciana tan solo aparece como una medida conveniente para los populares y para Ciudadanos. Los primeros se comprometen con claridad a aprobar un Plan Hidrológico Nacional «en el que el trasvase del Ebro pueda resolver el déficit hídrico estructural», además de «defender» el mantenimiento de las transferencias del Tajo-Segura y la «consolidación definitiva» del Júcar-Vinalopó.
De forma más genérica y sin concretar, el partido de Albert Rivera apuesta por «distintos planes de interconexión de las diferentes cuencas hidrológicas internas de la Comunidad Valenciana», lo que en la práctica se reduce al Júcar-Vinalopó. No obstante, parece dejar la puerta abierta a un PHN, aunque no lo cita expresamente, cuando aboga porque el agua sea competencia «estatal» para asegurar un reparto equitativo sin fricciones en las autonomías, aunque no se posiciona sobre el Ebro.