En España casi podría decirse que no hay dos recibos de agua iguales: funcionan más de dos mil y pico sistemas diferentes, según datos de la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS), que reclama armonizar la tarifa con unos rangos máximos y mínimos en todo el territorio y la existencia de un órgano regulador que aporte transparencia a lo que se paga por el agua.
El gasto por la factura del agua les supone a las familias españolas el 0,8 de su presupuesto
Esto implicaría trasladar todos los costes del agua a la factura del consumidor en vez de seguir financiando el servicio vía presupuestos generales, lo que supondría elevarla entre un 50 y 100%, según explicó Fernando Morcillo, presidente de AEAS.
Si solo hubiera que hacer frente a los requerimientos de depuración que nos exige la Unión Europea, estos costes trasladados al recibe supondrían un aumento de un 30%, pero además hay que hacer frente, según denuncian tanto la AEAS como la Asociación Española de Empresas Gestoras de los Servicios de Agua a Poblaciones (AGA) a la renovación de las redes de abastecimiento y otras infraestructuras, muy deterioradas como consecuencia de «la fuerte reducción de la inversión desde 2006 y 2007 y el envejecimiento de las redes de distribución». Renovar lo existente más terminar las obras de depuración supondrían esa subida del recibo de entre un 50% y un 100%.
Según los datos aportados por el sector, el 35% de las infraestructuras tiene menos de 15 años, el 27% entre 15 y 30 años y el 38% más de 30 años, «lo que hace aconsejable intensificar su renovación lo antes posible».
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